Marcar, rasgar, cortar, incidir quirúrgicamente sobre el arte y a su vez, sobre aquel que lo experiencia, descubriendo en estos gestos la carne fresca y palpitante del arte contemporáneo y aquella otra que, en estado de latencia aún, puja por abrirse a la contemporaneidad. Cirugía y no autopsia, transformación y no disección, porque no se puede -o no se debería- asesinar aquello que aún está brotando, porque cuando entre tantos cambios el aire macilento de la vieja teoría augura y vaticina la muerte del arte, nosotros anunciamos a gritos el inminente auge de la primavera del pensamiento y del arte.
irreverencias
cirugía y estética